Sería el título que muchos habríamos de escribir después de la contundente victoria del cuadro mexicano sobre su “similar” estadounidense el día de ayer. A callar bocas, es el título que muchos optimistas, seguidores del tricolor, esperan de quienes escribimos en las últimas semanas pestes del cuadro de Aguirre, y por ello, lo coloco en el encabezado.
No obstante, la irrefutable goleada no es motivo para que aficionados pero, sobre todo, jugadores despeguen los pies del suelo. No alcemos, como dice el pueblo, las campanas al vuelo. Es cierto que el Tri convenció el día de ayer y que jugadores como Vela y Dos Santos mostraron su enorme capacidad la que, en lo personal, nunca he puesto en tela de juicio; también lo es que la victoria suma al animo del conjunto de Aguirre que vaya hacía falta; por otro lado, y creo es lo que debemos rescatar del torneo, es que a pesar del resultado, muchos jugadores nos reafirmaron que no deben seguir vistiendo la casaca del equipo nacional. Ejemplo de ello son los hombres “sin miedo” Medina y Sabah, cuyas piernas temblaban cuales pequeñas ramas en una fuerte tormenta cada vez que se posaban frente al marco rival. Podríamos agregar también a Valenzuela, gringo Castro, Fausto Pinto, Ismael Rodríguez, cuyas desatinadas intervenciones pusieron en riesgo, en más de una ocasión durante el torneo, el marco de Guillermo Ochoa. Debo reconocer, aunque no me gusta su juego, que Torrado dio un buen partido ayer, pero es necesario otro mediocampista con la capacidad de crear juego ofensivo y no sólo de destruir el juego del contrario.
Regreso a la realidad…
Ahora bien, a pesar del triunfo y de las justificaciones que se pretendan dar y que se dieron durante todo el encuentro en ambas televisoras (Azteca y Televisa), debemos entender y aceptar que el conjunto de los EEUU era un cuadro totalmente alternativo del que usualmente presentan en las eliminatorias y del que hace apenas un mes venció a España en
En conclusión, lo que trato de decir es que no debemos engañarnos por el triunfo del día de ayer. A nuestra selección le hace falta mucho para poder cumplir el objetivo propuesto, es decir, llegar al quinto partido del mundial. No obstante, siempre es grato vencer a los estadounidenses, más grato es hacerlo por goleada y aún más, ver a Vela y Dos Santos jugar como lo hicieron. El primero se mostró como el joven delantero del Arsenal, implacable en el área, creativo e inteligente, ese jugador al que Arsène Wenger no dejó ir. El segundo está recuperando el nivel que lo hizo, en algún momento, no sólo una promesa del fútbol mexicano, sino a nivel mundial. Aunque habrá que decir nuevamente no alcemos las campanas al vuelo, no aún.