22 oct 2009

¿Se debe respetar la jerarquía en el fútbol mexicano?


Hasta hace algunas semanas, el tema relevante para el balompié nacional giraba en torno a la búsqueda y consecución del boleto para la justa mundialista del 2010. El juego en picada del América, las “espectaculares” Chivas del Guadalajara y el supuesto interés del potrillo Alejandro Fernández y Rafa Márquez por el Atlas, pasaban a un segundo plano. El día de hoy, con el tan preciado boleto en la mano, me parece justo traer a la mesa un debate impostergable.
La cuestión gira en torno a la pregunta del encabezado. ¿Se debe respetar la jerarquía en el fútbol?, más específicamente, ¿debe Márquez ser el capitán de la selección mexicana en la próxima justa mundialista?, ¿debería ir Oswaldo Sánchez al mundial?, son solamente algunas de las cuestiones que me vienen a la mente, seguro a ustedes se le ocurren un sinfín más. Empero, concentrémonos en el asunto Rafa Márquez.

Sería necio no aceptar que el defensa del Barcelona ha sido y es uno de los mejores jugadores mexicanos en la historia y que su llamado a la Selección es cuestionable, Rafa debe y va estar, siempre y cuando no se lesione, en Sudáfrica. Empero, más necio sería aceptar que en el Tricolor despliega el mismo nivel que en el club catalán y que el gafete de capitán, por jerarquía, debe estar en su brazo. Es decir, el merecimiento del gafete, al menos por lo mostrado en los últimos juegos, es un tema controversial y por demás discutible.

La jerarquía, o mejor aún, el jerarca es una persona con superioridad dentro de una organización, en este caso, dentro de un equipo de fútbol, un personaje que suma en los positivo y no resta, un personaje comprometido con el éxito de la empresa, organización o el equipo. A través de los años, Márquez ha mostrado gran calidad, es cierto, pero también, una gran falta de compromiso con la Selección y no exclusivamente en la cuestión deportiva, sino en temas de liderazgo, vestidor, responsabilidad y valor (no olvidemos sus declaraciones pre y post en la era del sueco). En tiempos pasados, al terminar la era del “vende humo” La Volpe, Rafa, en conjunto con otras “vacas sagradas” como Pavel, Jared y Sánchez, le restaron a la verde, “grillaron” el vestidor lo que, sumado a otras cuestiones (incapacidad de federativos, dueños de clubes y directivos), hizo de la Selección una burla.
Hoy Márquez reaparece en el equipo y le entregan el gafete. Incluso algunos señalan que en la justa mundialista Márquez será fundamental y que sumara al equipo más que jugadores como Cuauhtemoc Blanco, Torrado, Dos Santos, entre otros. Espero, por el bien del fútbol mexicano, que así sea. Que el número 4 se entregue por el equipo. Que el 4 este a la altura de los hombres que nos llevaron al mundial, de aquellos que se cargaron el equipo al hombro. De Gio que, pese a todo lo que se le pueda recriminar, levantó la mano en los momentos difíciles; de un Cuau que, pese a querer retirarlo, corrió cual adolescente y nos mostró que en sus botines aún corre talento de sobra. De un Torrado que, aunque en lo personal no me gusta su juego, se comportó como un capitán dentro y fuera de la cancha, aún cuando le arrebataron el gafete.

Hoy me pregunto, ¿es la jerarquía de Márquez suficiente para presumir el gafete de una selección que no guió al mundial?, ¿suficiente para darle reconocimiento a un hombre que ha restado en los momentos difíciles?, ¿suficiente para no notar u ocultar su baja de juego tanto en la verde como en el Barca (habrá que ver los graves errores de la champions?, ¿suficiente para ponerlo encima de otros que por actitud y juego merecen la distinción?. Cada quién podrá tener su opinión, criticar y cuestionar lo que digo, lo respeto. Pero en lo personal, yo no lo creo.

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